Serie nostalgias pediátricas: La labor de los pediatras en la atención a los niños evacuados al Reino Unido en 1937

Resumen

Introducción: Durante la Guerra Civil en Euskadi, el Gobierno Vasco solicitó ayuda internacional para evacuar a la población civil. Gran Bretaña ofreció acoger a 4.000 niños y para el examen previo a su embarco acudieron los pediatras Richard Ellis (reconocido mundialmente por su descripción junto con Simon van Creveld de la displasia condroectodérmica, que lleva su nombre) y la doctora Audrey Russell. Ambos publicaron en el Lancet un artículo en el que analizaban la situación sanitaria de los niños que iban a ser embarcados. Objetivo: El objetivo del presente artículo es exponer el trabajo de los doctores Ellis y Russell y recordar, en este momento en el que menores no acompañados son acogidos en Europa, la situación que vivieron los menores vascos que fueron evacuados en 1937. Resultados: La salud del grupo en su conjunto fue buena, a pesar de las condiciones de privación, ansiedad y hacinamiento en las que habían estado viviendo durante muchas semanas. Entre los 4.090 niños explorados, excluyendo las forunculosis, impétigo y pediculosis, las enfermedades infecciosas encontradas fueron: carditis reumática 9, otorrea 17, sarna 13, adenitis cervical 17, poliomielitis antigua 5, difteria 1, tiña 1, bronquitis 4, articulaciones de Clutton y queratitis intersticial 1, dientes de Hutchinson 4, parotiditis 2, enfermedad de Pott 3, fibrosis pulmonar 1, tracoma 2. Los casos de tracoma, parotiditis y difteria fueron excluidos. En el campo en que fueron acogidos, volvieron a ser revisados antes del desembarco y les clasificaron por medio de una cinta de color. Blanca significaba que podía ir directamente al campamento; roja, que había que ir a los baños a ser desinfectados y azul significaba “infeccioso o contagioso”, por lo que debía ser ingresado en un hospital situado en las cercanías. Unos 710 niños fueron los portadores del color rojo y tan solo 2, de azul. Conclusiones: La situación sanitaria de los niños evacuados a Inglaterra fue adecuada a pesar de la situación de guerra y de falta de alimentos que habían sufrido en el asedio de Bilbao. El cuidado sanitario que les ofrecieron fue satisfactorio.