Impacto de la introducción de un detector de metales en el manejo de los pacientes pediátricos con sospecha de ingestión de cuerpo extraño

  1. Lobeiras Tuñón, Ana
unter der Leitung von:
  1. Santiago Mintegi Raso Doktorvater
  2. Julián Rodríguez Suárez Co-Doktorvater/Doktormutter

Universität der Verteidigung: Universidad de Oviedo

Fecha de defensa: 08 von Juni von 2016

Gericht:
  1. Gonzalo Solís Sánchez Präsident/in
  2. Javier Benito Fernández Sekretär
  3. Carles Luaces Cubells Vocal

Art: Dissertation

Teseo: 420773 DIALNET

Zusammenfassung

Introducción: La ingestión de un cuerpo extraño (CE) por parte de un niño es una consulta habitual en Urgencias. En muchas ocasiones el CE ingerido es metálico, generalmente una monedas (1-3). Clásicamente, se realizaba estudio radiológico a estos pacientes, aunque es importante limitar las radiografías en niños. El detector de metales (DM) es un instrumento seguro en la detección de CE metálicos y es un método sencillo, económico y carente de radiación (4,5). La introducción del DM en el manejo de estos niños en Urgencias podría facilitar una rápida localización del CE y evitar la realización de radiografías. Objetivo: Conocer el porcentaje de niños que ingieren un CE metálico en los que el uso del DM evita una exploración radiológica, y en consiguiente la radiación de la misma. Paciente y método: Estudio retrospectivo incluyendo los pacientes menores de 14 años que consultaron en un Servicio de Urgencias de Pediatría en relación con la ingesta de un CE entre 2010 y 2013. Se analizó la edad, sexo, antecedentes personales, tipología del cuerpo extraño, sintomatología, manejo en urgencias, destino y evolución del paciente. Resultados: De los 226.666 episodios registrados, 1.608 (0.7%) estuvieron relacionados con un CE, correspondiendo 970 a ingestas, y de éstas 325 (33.5%) fueron CE metálicos, siendo 288 (88.6%) pacientes atendidos inicialmente en nuestro centro. En 234 (81.3%) se empleó el DM, siendo variable la tipología de los CE metálicos en los que se usó el DM, predominando las monedas (144, 61.5%) y los objetos romos (56, 23.9%). El DM localizó el CE en 166 (70.9%), a 40 (24.1%) se les realizó una radiografía (concordancia en la detección en el 97.5%, con concordancia topográfica en el 82.5%). En 68 pacientes (29.1%) en los que se empleó el DM, éste no detectó el CE, a 62 (91,2%) se realizó radiografía, corroborándose en 47 (75.8%) la presencia del CE. El DM captó más frecuentemente monedas y objetos magnéticos al compararlos con otros CE metálicos (p<0.05), sin diferencias en función de la ubicación del CE. De los 288 pacientes que consultaron en nuestro centro por ingesta de CE metálico hubo 132 (56.5%) en los que únicamente se empleó el DM como prueba complementaria y se evitaron 264 radiografías, ahorrando a cada paciente una exposición a 0.44 mSV (equivalente a 11 radiografía de tórax) y el consiguiente gasto. Además confirmamos que las consultas por ingesta de CE son frecuentes en las Urgencias, sobre todo en niños menores de 5 años. No hay mayor incidencia en pacientes con patología psiquiátrica o discapacidad. La tipología de los CE es variable, siendo las más frecuentes las espinas de pescado (367, 38.7%) y las monedas (181, 18.7%), salvo en menores de 1 año (objetos de plástico). No se registraron fallecimientos. Conclusiones: El DM es útil como primer método diagnóstico en los pacientes con ingesta de CE metálico, monedas o no, y tiene una buena capacidad de ubicación topográfica de éstos. El uso del DM en Urgencias se acompaña de una reducción de la radiación a la que se exponen los niños y supone una reducción del gasto sanitario.