Nódulos subcutáneos como forma de presentación de síndrome linfoproliferativo maligno

  1. A. Fernández-Teijeiro Álvarez
  2. P. Galán del Río
  3. V. Quintero Calcaño
  4. J.I. Montiano Jorge
  5. I. Astigarraga Aguirre
  6. A. Navajas Gutiérrez
Revista:
Anales de Pediatría: Publicación Oficial de la Asociación Española de Pediatría ( AEP )

ISSN: 1695-4033 1696-4608

Año de publicación: 2009

Volumen: 71

Número: 2

Páginas: 148-152

Tipo: Artículo

DOI: 10.1016/J.ANPEDI.2009.03.022 DIALNET GOOGLE SCHOLAR lock_openAcceso abierto editor

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Resumen

En su mayoría, las lesiones cutáneas de los procesos malignos aparecen de forma concomitante o posterior al diagnóstico del tumor primario. Se presenta el caso de una niña con tumefacción en la cara externa del pie derecho desde los 5 meses de vida, durante un ingreso hospitalario a los 7 meses por bronquiolitis con pancitopenia, el mielograma mostró hipoplasia mieloide y megacariocítica, con ecografía abdominal y del pie normales. Tras la administración de corticoterapia por su cuadro respiratorio y soporte transfusional, al alta se objetivó desaparición de la lesión del pie. Dos meses más tarde presentó reaparición de la tumefacción junto con nódulos subcutáneos diseminados. Confirmada la infiltración maligna en la biopsia cutánea, la estadificación demostró infiltración blástica del 6% en mielograma y afectación ganglionar abdominal en ecografía y tomografía computarizada. El inmunofenotipo F confirmó el diagnóstico de linfoma linfoblástico pre-B muy inmaduro. Se administró quimioterapia según protocolo EURO-LB-02 para estadio IV. En remisión completa al finalizar la fase de inducción; la paciente presentó recaída leucémica refractaria a los 13 meses del diagnóstico. Comentario: Ante una lesión cutánea de evolución tórpida se debe realizar una toma de biopsia para descartar malignidad. El diagnóstico diferencial de las lesiones cutáneas malignas en los niños (especialmente en lactantes) incluye fundamentalmente infiltración secundaria a leucemia o linfoma, metástasis de neuroblastoma o rabdomiosarcoma y, con menor frecuencia, otros procesos primarios. En esta paciente con presentación cutánea aislada, el curso de su proceso linfoproliferativo maligno pudo modificarse mediante la corticoterapia recibida previa al diagnóstico definitivo.