Perfil psicopatológico diferencial de los hombres y mujeres ludópatas en tratamiento
- Paz de Corral Gargallo Director/a
- Enrique Echeburúa Odriozola Director/a
Universidad de defensa: Universidad del País Vasco - Euskal Herriko Unibertsitatea
Fecha de defensa: 15 de junio de 2010
- Maite Garaigordobil Landazabal Presidente/a
- Karmele Salaberría Irízar Secretaria
- Serafín Lemos Giráldez Vocal
- Elisardo Becoña Iglesias Vocal
- Francisco Javier Labrador Encinas Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
Las diferencias de sexo en el juego patológico han sido poco investigadas hasta el momento. La mayor parte de los estudios llevados a cabo en el ámbito del juego patológico, tanto desde una perspectiva psicopatológica como terapéutica, han sido realizados con hombres, a pesar de que un tercio del total de ludópatas son mujeres. Las diferencias de la mujer respecto al hombre en el ámbito del juego patológico se manifiestan en diversos planos. La edad de inicio en el juego es más tardía en las mujeres que en los hombres. Las mujeres tardan más en empezar a jugar, pero se enganchan al juego antes. Respecto al tipo de juego, las mujeres muestran un interés específico por el bingo; los hombres, por las máquinas tragaperras. Las motivaciones específicas para jugar en las mujeres son la soledad y la evasión de los problemas; en los hombres, el deseo de ganar dinero y la influencia del grupo social. En general, las mujeres son más ansiosas y cuentan con un menor nivel de autoestima; los hombres son más buscadores de sensaciones. A un nivel psicopatológico, las mujeres cuentan con una historia psiquiátrica con mayor frecuencia que los hombres. Los problemas psicopatológicos actuales en las mujeres son de tipo depresivo, mientras que los de los hombres están relacionados con el abuso de alcohol y de otras drogas. Las mujeres jugadoras sufren o han sufrido violencia de pareja con mucha más frecuencia que las no jugadoras. Los pacientes ludópatas, independientemente del sexo, tienden a abandonar la evaluación (y, por tanto, el tratamiento) con mucha más frecuencia que otros pacientes no afectados por ludopatía u otro tipo de trastornos adictivos.