Glioblastoma multiformeanálisis de la supervivencia y de los factores pronósticos

  1. SAMPRON LEBED, NICOLAS MANUEL
Dirigida por:
  1. Enrique Urculo Bareño Director

Universidad de defensa: Universidad del País Vasco - Euskal Herriko Unibertsitatea

Fecha de defensa: 23 de abril de 2010

Tribunal:
  1. Vicente Calatayud Maldonado Presidente/a
  2. Mariano Arrázola Schlamilch Secretario
  3. Miguel Uriguen Saiz Vocal
  4. Blanca Conde Guerri Vocal
  5. Carlos Ruiz Ocaña Montalvo Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 292500 DIALNET lock_openTESEO editor

Resumen

El glioblastoma multiforme (GBM) es una forma de cáncer cerebral que se origina a partir de células astrocitarias. Entre los más de 100 tipos diferentes de neoplasias que puede padecer el ser humano, el glioblastoma se encuentra entre los más resistentes al tratamiento y es, a la vez, el tumor más frecuente y agresivo del sistema nervioso central (Wrensch y cols. 2002, Louis y cols. 2007). En general, el pronóstico es sombrío y la mitad de los pacientes han fallecido al año del diagnóstico, la mayoría antes de los dos años y menos de un 5% sobrevive 5 años (Grossman y Batara 2004). Es un tipo de cáncer especial que desde el principio puede afectar a la esfera intelectual, cognitiva y física comprometiendo gravemente la calidad de vida (Rosemberg 1998). La enfermedad progresa mientras el individuo pierde gradualmente sus funciones neurológicas y la autonomía, alterando radicalmente su vida y la de su familia. La muerte se produce al final de un proceso inexorable de pérdida de las funciones neurológicas. El fracaso de medidas terapéuticas efectivas para otros tipos de cáncer, refleja las particularidades del cerebro como órgano especialmente aislado del medio externo y las características biológicas del tumor. Mientras que en muchos tipos de cáncer se han conseguido avances importantes en el tratamiento, la evolución de los pacientes que padecen glioblastoma parece no haber variado en las últimas décadas (Walker y cols. 1978, Legler y cols. 1999, Wrensch y cols. 2002). La incorporación de nuevos métodos complementarios de diagnóstico, el refinamiento de la técnica anestésica, el cuidado postoperatorio y el desarrollo de la Microneurocirugía han conseguido acortar el tiempo entre el primer síntoma y el diagnóstico y disminuir la morbimortalidad perioperatoria mejorando la calidad de vida de los enfermos. Sin embargo, el pronóstico de los pacientes -es decir, el tiempo de supervivencia- parece no haber variado significativamente (Yasargil 1996, Wrensch y cols. 2002, Kelly 2004, Oertel y cols. 2005). Se ha observado, sin embargo, que existen diferencias significativas en la supervivencia que pueden ser sólo parcialmente explicadas por variables clínicas o histológicas. Estas diferencias se deben, probablemente, a variaciones en el comportamiento biológico del tumor y de la respuesta del huésped (Hammoud y cols. 1996). El término multiforme que inicialmente fue utilizado para describir la heterogeneidad morfológica del tumor, se aplica con la misma precisión a las alteraciones moleculares y a la evolución clínica. El glioblastoma es resistente al tratamiento en virtud de sus características biológicas que pueden ser comprendidas desde el punto de vista tisular, celular y molecular. La incorporación de nuevas técnicas de investigación molecular, en particular los estudios multidimensionales a gran escala sobre el genoma, transcriptoma y proteoma del GBM, ofrecen la oportunidad de comprender el proceso de la gliomagénesis como condición necesaria para diseñar estrategias terapéuticas racionales (The Cancer Genome Atlas Research Network 2008). En este proceso -en el que están implicados un conjunto de anomalías genéticas relacionadas con la diferenciación, el control de la proliferación, del crecimiento, de la muerte y del ciclo celular- representaría la puesta en marcha anómala de programas fisiológicos del desarrollo (Sanai y cols. 2005, Zhang y Fine 2006). La identificación de marcadores moleculares relacionados con estas alteraciones puede explicar las diferencias observadas en la evolución de los pacientes que padecen GBM y predecir la respuesta al tratamiento. En los últimos años -tras la publicación de ensayos clínicos y otros estudios relacionados que parecen indicar que la quimioterapia es efectiva en algunos pacientes y que cierta información genética obtenida a partir del tejido tumoral puede tener utilidad clínica- se han introducido modificaciones considerables en el tipo de tratamiento que se ofrece a estos pacientes (DeAngelis 2005, Stupp y cols. 2005, Hegi y cols. 2005). Sin embargo, se desconoce cual es el impacto real de estas medidas en la supervivencia de los pacientes y -puesto que se trata de medidas paliativas- su repercusión sobre la calidad de vida. En este contexto, hemos propuesto un análisis de la supervivencia de una cohorte de pacientes con glioblastomas en el ámbito de la práctica clínica tras la incorporación de nuevos protocolos de tratamiento para conocer su impacto en la supervivencia. Paralelamente, hemos analizado la supervivencia a la luz de los factores pronósticos clínicos y moleculares.