Hiperfosfatasemia transitoria benigna de la infancia, presentación de dos casos

  1. O. González Conde 1
  2. S. Bardají Pejenaute 1
  3. P. Gorrotxategi Gorrotxategi 2
  4. A. Zabaleta Rueda 2
  5. E. García Alonso 1
  6. L. Pugés Bria 1
  1. 1 Hospital Universitario de Donostia
    info

    Hospital Universitario de Donostia

    San Sebastián, España

    ROR https://ror.org/04fkwzm96

  2. 2 Centro de Salud Pasaia San Pedro
Revista:
Boletín de la Sociedad Vasco-Navarra de pediatría = Euskal Herriko Pediatria Elkartearen aldizkaria

ISSN: 0037-8658

Año de publicación: 2020

Número: 121

Páginas: 105-108

Tipo: Artículo

Otras publicaciones en: Boletín de la Sociedad Vasco-Navarra de pediatría = Euskal Herriko Pediatria Elkartearen aldizkaria

Resumen

Introducción: La hiperfosfatasemia transitoria benigna de la infancia (HTBI) se caracteriza por una elevación marcada de la fosfatasa alcalina (FA) sérica, sin evidencia de patología hepática u ósea y normalización de sus niveles en semanas o meses. Se debe realizar una anamnesis y exploración física adecuadas prestando especial atención a síntomas y signos de enfermedades óseas, hepáticas, intestinales e ingesta de fármacos. Caso Nº 1: Niño de 3 años que ante un cuadro de astenia de 2 meses de evolución se le realiza analítica sanguínea con hallazgo de hiperfosfatasemia de 1.890 U/L. Un mes después el nivel es de 1.150 U/L y es remitido al digestólogo infantil, quien repite la analítica a los 2 meses obteniendo un valor de FA de 151 U/L, con ausencia de síntomas y exploración física normal, por lo que fue dado de alta. Caso Nº 2: Niña de 2 años con sintomatología inespecífica presenta en analítica sanguínea aumento de FA de 2.962 U/L. Se analiza la fracción ósea de la FA siendo de 60 μg/ml y estudio de calcio y vitamina D normales. A los 4 meses la niña está asintomática y los valores de FA descienden a 200 U/L. Comentarios: La HTBI es un proceso relativamente frecuente por lo que lo tenemos que tener en cuenta en Atención Primaria tras descartar la enfermedad ósea, hepática y la ingesta de fármacos. La normalización de la FA confirma el diagnóstico.