Informe del Comité Científico de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) sobre las evidencias disponibles en relación a la potencial actividad obesogénica de determinados compuestos químicos que pueden estar presentes en los alimentos

  1. Ana María Rivas Velasco
  2. Irene Bretón Lesmes
  3. Araceli Díaz Perales
  4. Ángel Gil Izquierdo
  5. María José González Muñoz
  6. Victoria Moreno Arribas
  7. María del Puy Portillo Baquedano
  8. Silvia Pichardo Sánchez
Revista:
Revista del Comité Científico de la AESAN

ISSN: 1885-6586

Año de publicación: 2023

Número: 37

Páginas: 11-87

Tipo: Artículo

Otras publicaciones en: Revista del Comité Científico de la AESAN

Resumen

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la obesidad y el sobrepeso han alcanzado caracteres de epidemia a nivel mundial. En España, la prevalencia de la obesidad es alta, especialmente en la infancia, y su tendencia ha sido ascendente durante las dos últimas décadas. Mientras la mejora de los hábitos alimentarios y el aumento de la actividad física ha sido el foco principal en la reducción de la obesidad, el rápido incremento de ésta, en países con diferentes hábitos dietéticos y patrones de actividad física, sugiere la posible existencia de factores medioambientales, como la exposición a sustancias químicas con actividad obesogénica. Los obesógenos han sido definidos funcionalmente como compuestos químicos que promueven la obesidad incrementando el número de células adiposas y/o la acumulación de grasa en los adipocitos ya existentes. Entre los obesógenos más estudiados se encuentran sustancias utilizadas en la industria del plástico como los bisfenoles y los ftalatos, compuestos organoestánnicos, retardantes de llama, compuestos perfluorados, bifenilos policlorados y dioxinas, plaguicidas y metales, entre otros. Debido a que el término obesógenos incluye a un amplio número de compuestos, la exposición a ellos puede ocurrir por diferentes vías como la inhalatoria, dérmica o alimentaria, siendo esta última la principal vía de exposición. Los mecanismos de acción de los obesógenos son diversos, pudiendo actuar activando o antagonizando la acción de receptores hormonales nucleares que directamente regulan la expresión de genes involucrados en la diferenciación de adipocitos, peso corporal y metabolismo, como los receptores de estrógenos, andrógenos y hormonas tiroideas, y el receptor activado por el proliferador de peroxisomas-γ, entre otros. Asimismo, pueden actuar en la regulación de diferentes vías metabólicas inmuno-neuro-endocrinas, lo que puede llevar a consecuencias fisiopatológicas en la adipogénesis, lipogénesis, lipólisis, inmunidad, en la influencia en las regulaciones centrales del apetito y del gasto energético, y a cambios en la microbiota intestinal, entre otros procesos. Es importante resaltar que los periodos más críticos de exposición a obesógenos son la preconcepción, embarazo e infancia dada su importancia para el metabolismo, pudiendo resultar en cambios permanentes en la adolescencia y en la edad adulta. En este contexto, el Comité Científico de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) ha realizado una revisión de la evidencia que existe acerca de la exposición alimentaria a obesógenos y su posible efecto en la salud. La literatura científica evidencia en estudios in vivo e in vitro el efecto obesogénico de algunos compuestos químicos presentes en los alimentos, reforzando esta hipótesis los estudios epidemiológicos. El Comité Científico recomienda realizar un mayor número de estudios que evalúen el efecto de la exposición a estos compuestos estandarizando biomarcadores de exposición y efecto con objeto de predecir y evaluar su capacidad obesogénica, y la posible transmisión del efecto a otras generaciones mediante mecanismos epigenéticos. Una vez que se cuente con todas las evidencias necesarias debe existir una coordinación y comunicación entre los científicos, los clínicos y los organismos reguladores nacionales e internacionales con objeto de desarrollar una estrategia global y eficiente en la aplicación de medidas de gestión del riesgo para reducir lo máximo posible la exposición a estas sustancias.