Megauréter primario no refluyente detectado prenatalmente
- Areses, R.
- Urbieta, M. A.
- Ubetagoyena Arrieta, Mercedes
- Alzueta, M. T.
- Arruebarrena Lizarraga, Doroteo
ISSN: 1695-4033, 1696-4608
Año de publicación: 2007
Volumen: 67
Número: 2
Páginas: 123-132
Tipo: Artículo
Otras publicaciones en: Anales de Pediatría: Publicación Oficial de la Asociación Española de Pediatría ( AEP )
Resumen
Antecedentes Aunque la mayoría de los megauréteres primarios no refluyentes se solucionan espontáneamente, las indicaciones de cirugía no están bien establecidas. Objetivos Analizar las características clínicas, el tratamiento y la evolución del megauréter primario no refluyente asintomático. Pacientes y métodos Estudio retrospectivo de 58 lactantes con megauréter primario no refluyente. Técnicas diagnósticas utilizadas: la ecografía, el renograma, el 99Tc-ácido dimercaptosuccínico (DMSA) y la función renal. Resultados La edad media al diagnóstico posnatal era de 24 días y tiempo medio (T1/2) de seguimiento de 4 años. El 69 % de los pacientes eran varones. El 57 % de los megauréteres eran izquierdos y el 22 % bilaterales (71 unidades renales afectadas). El 11 % de los megauréteres eran grado I, el 48 % grado II y el 41 % grado III. El 15 % (9 pacientes) recibieron tratamiento quirúrgico y el 85 % restante (49 pacientes) no precisaron intervención. Las indicaciones quirúrgicas fueron: megauréter muy severo (3/9 pacientes; 33 %), T1/2 alargado (3/9 pacientes; 33 %), función disminuida (1/9 pacientes; 11 %), T1/2 alargado 1 función disminuida (1/9 pacientes; 11 %) y aumento dilatación (1/9 pacientes; 11 %). La edad media a la intervención fue de 7 meses. La evolución de los megauréteres del grupo no quirúrgico (60 unidades renales) fue la siguiente: 90 % se corrigieron-mejoraron en la ecografía y 10 % no sufrieron cambios. La función en el renograma inicial estaba disminuida en 4/60 riñones (7 %) y el T1/2 alargado en 3/60 (5 %). Al final todos los riñones del grupo no quirúrgico tenían una función normal salvo un caso lesionado desde el principio y el T1/2 se normalizó en todos. La evolución de los megauréteres del grupo quirúrgico (10 megauréteres) fue la siguiente: 80 % se corrigieron-mejoraron tras la intervención y el 20 % se mantuvieron sin cambios. Antes de la intervención había 4/10 riñones (40 %) con función disminuida. En el renograma postintervención, 2/10 (20 %) mantuvieron la función disminuida, 1/10 (10 %) la normalizó y 1/10 (10 %) fue nefrectomizado y no tenía renograma. El T1/2 inicial estaba alargado en 4/10 casos (40 %). Tras la intervención se normalizó en todos. El DMSA final mostró 5/71 riñones (7 %) con lesión irreversible (1 leve, 2 moderadas y 2 casos con lesión grave). Los 66 riñones restantes eran normales. La función renal global y presión arterial eran normales en todos los casos. Conclusiones El megauréter primario no refluyente es casi siempre funcional y benigno, normalizándose en los primeros meses de la vida. Aunque en algunos casos puede persistir, son muy pocos los pacientes que necesitan ser intervenidos. La mayoría de los autores consideran que el tratamiento inicial debe ser no quirúrgico, reservando la intervención para aquellos casos en los que durante el seguimiento se produzca un aumento de la dilatación ureteral, un deterioro de la función renal diferencial y/o aparezca sintomatología importante. En un grupo muy reducido de pacientes (7 % de nuestra serie) la unidad renal perteneciente al megauréter, puede presentar una lesión renal irreversible que la mayoría de las veces tiene un origen congénito y que por tanto no se beneficia de una intervención quirúrgica.